Dentro de los mecanismos basados en mercados, hay algunos que lo que buscan es fijar un precio al carbono. A estos se les conoce como instrumentos de fijación de precio al carbono (IPC). Los IPC lo que buscan es aumentar el costo de emitir GEI. Es decir, que se basan en el principio de “quien contamina paga” pues imponen un precio explícito a las emisiones de GEI (Sullivan, y otros, 2021). Son instrumentos que capturan los costos externos de estas emisiones, es decir, el costo que el público debe pagar por los efectos que el cambio climático causa, como sequías, cambios en patrones pluviales, daños en agricultura, aumento en el nivel del mar, impactos adversos a la salud, entre muchos otros. Estos instrumentos logran captar esos costos externos y vincularlos a la fuente en donde se está produciendo la causa del problema (la generación de GEI) por medio de un precio, por lo general un precio a la cantidad de GEI que se va a emitir. De esta manera se logra asegurar que el costo de la afectación a la atmósfera y a la naturaleza se vea reflejado en la actividad que se está llevando a cabo.